la tarde de agosto y aquella amistad que amortigua.








el mismo que dejé extraviado en casa
 implacable cazador de autos y amarguras
cambia el mundo completo excepto mi perro
la misma mirada perdida
y su lengua traviesa que lame la hondura de nuestra distancia

me mira un segundo y sé que él sabe también
que los dos no entendemos
pero igual corre contento hacía mi

en ese momento mi perro no mueve la cola


es la cola la que mueve a mi perro.






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